Anteproyecto de Ley Agraria de Castilla y León (I)
La futura norma reconoce y potencia el carácter estratégico de la actividad agraria y agroalimentaria, por ser los pilares fundamentales del desarrollo del medio rural de Castilla y León y por su incidencia en la actividad económica, en la creación de empleo y en la fijación de población.
La Ley Agraria de Castilla y León tiene el objetivo de dotar a la actividad agraria y agroalimentaria de una nueva regulación legal que permita dar respuesta a los nuevos retos a los que debe enfrentarse en un entorno cada vez más global y liberalizado, como son la adaptación a los distintos marcos de la Política Agrícola Común, la exigencia de una gestión sostenible de los recursos, las presiones de otras actividades o actuaciones sobre el suelo agrario, la aparición de desequilibrios en la distribución de la cadena de valor y la necesidad de establecer una regulación de la calidad diferenciada de los productos agroalimentarios.
Además, esta ley también busca dar al sector una mayor seguridad jurídica, agrupando en un solo cuerpo normativo de rango legal la regulación más sustancial del conjunto del sector, hoy dispersa en numerosas normas de diverso rango.
La ley se estructura en cinco libros: en el Libro Primero se establecen los objetivos y las actuaciones transversales dirigidas a fomentar la incorporación de jóvenes, la promoción de la mujer y la estrategia de I+D+i en materia agraria y agroalimentaria; el Libro Segundo, el más extenso, aborda las condiciones de la producción agraria; el Libro Tercero se dedica a la calidad diferenciada de la producción agroalimentaria y a la comercialización agraria; en el Libro Cuarto se regulan los aspectos relacionados con la participación e interlocución con el sector agrario y el Libro Quinto regula las infracciones y sanciones en el sector.
Es una ley extensa, de la que pueden destacarse diversos aspectos, que a continuación se detallan.
Rejuvenecimiento del sector y política de igualdad
Una ley con un campo de actuación tan amplio como la Ley Agraria regula, de forma transversal, aspectos que se consideran fundamentales para la creación de actividad económica en el mundo rural, tanto en el ámbito agrario como no agrario.
Para ello, establece directrices orientadas a fomentar una política activa dirigida a dos grupos, los jóvenes y las mujeres, que se consideran estratégicos tanto para asegurar el futuro del sector agrario como para el desarrollo económico y la vertebración territorial de las zonas rurales.
En el ámbito estrictamente agrario, se establecen distintas actuaciones destinadas a fomentar la incorporación de jóvenes al sector agrario y asegurar el relevo generacional y por lo tanto el futuro del sector.
Además de las actuaciones que tradicionalmente se han llevado a cabo, como el fomento de la incorporación, se presentan interesantes novedades como el tratamiento preferente en el acceso a las parcelas del Banco de Tierras o a los pastos, hierbas y rastrojeras gestionados por las Juntas Agropecuarias Locales.
En el ámbito de la política de desarrollo rural, la futura norma prevé la obligatoria inclusión de actuaciones dirigidas a fomentar la participación de los jóvenes en la actividad económica de las zonas rurales en todos los instrumentos de planificación y desarrollo de dicha política.
La ley establece también que la Administración de la Comunidad, en la planificación de la política agraria, deberá tener presente la igualdad de trato y de oportunidades entre hombres y mujeres; y establece medidas para favorecer la participación de la mujer tanto en el sector agrario como en la industria agroalimentaria, pues esta, por su localización en zonas rurales, desempeña un papel fundamental en la capacidad de generar oportunidades de empleo femenino.
Fomento del I+D+i en el sector agrario y agroalimentario
La Ley Agraria establece, de forma expresa, el carácter estratégico de la I+D+i en la política agraria de Castilla y León, estableciendo directrices y criterios orientadores de esta actividad de I+D+i en los sectores agrario y agroalimentario.
Se establece como objetivo principal de la actividad investigadora el de responder a los retos científicos y tecnológicos a los que se enfrentan los sectores agrario y agroalimentario, proporcionando soluciones prácticas, innovadoras y directamente transferibles.
En el sector agrario, la investigación se orientará a garantizar una producción suficiente, competitiva y adaptada a los requerimientos de la industria agroalimentaria. Y en esta última, la investigación debe servir para identificar las demandas del sector agroalimentario y posibilitar su transformación en productos al alcance del mercado.